Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi camino. (Salmo 18:32).
Eduquen a los hombres y las mujeres para que a su vez críen a sus
hijos libres de las prácticas
falsas que están de moda, y para que les enseñen a ser útiles.
Las madres deberían educar a sus hijas para que realicen
trabajos útiles, y no solamente trabajos en la casa sino también fuera de ella.
Las madres también pueden educar a sus hijos, hasta cierta edad, para que hagan trabajo útil dentro y fuera de la casa.
En nuestro mundo hay suficientes cosas necesarias y útiles
que deben hacerse, como para tomar
casi enteramente
innecesarias las diversiones destinadas a
proporcionar placer.
El cerebro, los huesos y los músculos adquirirán solidez y fuerza al emplearlos con un propósito
definido, al ejercitar
intensamente el
pensamiento con ideas acertadas, y al trazar planes
que los preparen [a los jóvenes] para desarrollar
las facultades del intelecto y la fuerza de los órganos físicos, lo cual equivaldría a utilizar prácticamente los talentos con los cuales pueden glorificar a
Dios.
Esto se expuso claramente ante nuestra institución de
salud y nuestro colegio como la razón de peso por la cual debían establecerse entre
nosotros; pero, así como acontecía en los días de Noé y Lot, así también acontece en nuestro tiempo.
Los hombres han buscado muchas invenciones y se han alejado ampliamente de
los propósitos y los caminos de Dios.
No condeno el
ejercicio sencillo de jugar a la pelota, pero éste, aun en su
sencillez, puede practicarse
con exageración.
Siempre me estremezco a causa de los resultados que casi
con seguridad seguirán después de esta clase de diversión.
Conduce a gastar los recursos que deberían emplearse para llevar la luz de la verdad a las almas que perecen sin Cristo.
Las diversiones y el gasto de dinero para la
complacencia de sí mismo, lo cual conduce paso a paso a la glorificación del yo, y al hábito de jugar por placer, producen un amor y una pasión por esas cosas que no favorecen la perfección del carácter cristiano...
La humanidad doliente necesita ayuda en todas partes.
Los alumnos pueden abrirse
paso hacia los corazones hablando palabras
oportunas, haciendo favores a los necesitados y hasta
realizando trabajos físicos.
Esto... les
proporciona la satisfacción de contar con la aprobación de Dios. Con esto pondrán a
interés los talentos que se les han confiado para que los utilicen
sabiamente...
Pueden planearse ejercicios saludables que
resultarán beneficiosos para el alma y el cuerpo.
Tenemos el deber de tratar de
utilizar bien en todo momento, los músculos y el cerebro que Dios ha dado a la juventud, a fin de que sean útiles para otros alivianando sus tareas apartando las mentes de los estudiantes de la diversión y las travesuras, las que a menudo les hacen
perder la dignidad de la virilidad y de la feminidad...
El Señor quiere que la mente se eleve y que busque medios superiores y más nobles de ser útiles.
Mensajes selectos, t. 2, págs. 370-373. RJ179/EGW/MHP 180
AUDIO.
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